viernes, 26 de diciembre de 2008

Las nuevas tecnologías, las exigencias y los ritmos

Mi último post de esta sección estaba dedicado a los donantes y las diferentes relaciones de poder que juegan frente a los países apoyados. Pero he decidido desviar algo el tema y relatar lo sucedido esta tarde-noche y la semejanza con esa relación de dependencia-poder entre los diferentes actores de la cooperación.

Hoy, último día para entregar los trabajos de la última asignatura cursada en el máster, una gran mayoría de los alumnos estamos ultimando y terminando los trabajos. Por un lado, el trabajo en grupo, que esperamos todas las partes y las sugerencias para ensamblarlas y formar un análisis coherente. Por otro, un trabajo individual. Todo calculado. A las 20h00 habría terminado sobradamente con todo, mi parte del trabajo en grupo terminada ayer (un compañero se encargaría de unir las partes del trabajo en grupo) y restaba rematar el mapa conceptual. Además, a esa hora había quedado con unas amigas para celebrar las fiestas.

18h30. La señal de que quedan pocos minutos a la batería aparece. Voy a buscar el cable para conectar el ordenador a la red y, oh sorpresa, no está!!! Me lo había dejado en casa de mis padres el día de Navidad. Y ahora qué? Llamo a varios amigos hasta que una de ellas dice que tiene un cable de la misma marca que el mío. Salvada! Voy a por él, la invito a un té calentito, claro, y cuando llego a casa, sí, otra vez, la clavija no encaja en mi agujero. Desesperación. Nuevas llamadas. Al final opto por no molestar a nadie más, regresar a casa de mis padres y recuperar el cable.

Ahora. Tensión. Me han pedido que ensamble el trabajo en grupo porque el resto no ha podido. Antes de las 00h00 porque se acaba el plazo!!!.

Y me pregunto si ha sido necesario tanto “estrés” por cumplir plazos. Realmente yo creo que cumplir con lo establecido es necesario y siempre suelo hacerlo, pero en casos imprevistos, cuánto importan unas horas. La verdad es que no puedo evitar un sentimiento de culpabilidad (y algo de pensamiento negativo “que mala suerte”).

Pero aún más importante... cuánto hemos llegado a depender de la tecnología y qué necesario se hace el acceso a internet, los recursos tecnológicos necesarios (un cable...) y qué cuadrados podemos llegar a ser... empezando por mi misma...

Me imagino a los que están al otro lado del estrecho, del océano o del continente. ¿Cómo se deben sentir ellos cuando les pedimos plazos en horarios distintos? ¿Respuestas inmediatas a correos electrónicos cuando no tienen acceso a la red o les cuesta caminar una hora hasta conseguirlo? ¿Cuánto esfuerzo les supondrá cumplir con nuestros ritmos y exigencias?

Yo, al menos por esta vez, voy a andar a un ritmo pausado.

¿Somos éticas y éticos?

La ética está relacionada con la capacidad humana de dirigir nuestra libertad, y, paradójicamente, el ser humano está obligado a ser libre. Eso nos conduce a tener que estar tomando decisiones continuamente que inevitablemente influye en la libertad de otras personas. La ética podría ser el ejercicio de la libertad teniendo en cuenta las consecuencias de nuestros actos sobre la libertad de otras personas. Libertad sí, pero siempre con respeto. En general y en todos los ámbitos de nuestra vida, debemos tener en cuenta criterios éticos, pero parece que se hace más obvio cuando tratamos o trabajamos en ámbitos en el que la solidaridad o los buenos sentimientos parecen ser el origen de nuestras actuaciones.

Si ya durante las actividades cotidianas nos planteamos cómo actuar ante ciertas situaciones desde un punto de vista ético o moral, mucho más importante sería cuando se traslada al mundo de la cooperación. Así, si un día nos devuelven en una cafetería de más al pagar el café, nos plantearemos en una milésima de segundo si ser sincero o quedarse con esos centimillos que en realidad no llevan a ningún lado pero no es ético. Las preguntas se vuelven más complicadas cuando en lugar de afectar a un pequeño negocio puede afectar a cientos de personas de las cuales depende su calidad de vida. Preguntas cómo lo estaré haciendo bien? Hasta qué punto debo contar la verdad hacia arriba o hacia abajo? Qué implicaciones tienen nuestras acciones? Tenemos en cuenta todas las variables culturales, sociales, técnicas, políticas...? La ética está inserta en todas nuestras acciones y estas preguntas son necesarias e imprescindibles para tratar de hacer lo mejor posible nuestro trabajo. El problema es cuando hay personas que trabajan en desarrollo y no se plantean este tipo de cuestiones.

¿Nos hacemos las preguntas adecuadas? ¿Nos proponemos responderlas? Es más, ¿nos cuestionamos?

martes, 23 de diciembre de 2008

Cooperantes, profesión o pasión?


Joaquim Tres describe muy bien (habiendo aceptado el sistema, of course) la importancia de la PROFESIÓN de COOPERANTE. Con mayúsculas, por llamar la atención sobre ello. No es una profesión reconocida, ni siquiera aparece en los listados oficiales de tipos de trabajos del INEM. No es una profesión valorada, se presupone detrás de cada uno de ellos o ellas, unas “buenas intenciones” y “un amor al arte” que no debería ser premiado.

No sé si se debe, en especial en España, al origen sobretodo religioso de la cooperación. Todos nos acordamos de los misioneros y misioneras, aquellas historias de curitas o monjas que se iban a países lejanos y desconocidos a “ayudar”. Era parte de su vida, lo dejaban todo (si es que tenían algo aquí…) y se marchaban. No cobraban allá, tampoco lo hacían acá. No estaban formados, no sabían a dónde iban, a qué cultura se iban a integrar o modificar.

¿Será por eso?

Además, es una profesión que no sólo requiere de un nivel de conocimiento técnico y social considerable porque abarca muchos campos, si no que se exhortan unas actitudes personales muy particulares. Y sí, también es vocacional. Esto no ocurre en otros puestos de trabajo. Pero a diferencia de profesiones como la de médico (bien vocacional y muy valorado por la sociedad) u administrativo (sin requerimientos de actitudes específicas, y, por supuesto, sin ningún tipo de menosprecio sobre esta profesión), los cooperantes son entes abstractos, una especie de bichos raros que viajan y tienen historias interesantes que contar, como muchos nos ven.

Pero esto está cambiando, demandando perfiles cada vez más capacitados. Al igual que los doctores, de los resultados de las actividades que sean realizadas por los cooperantes pueden depender la vida (calidad, capacidades, felicidad…) de muchas personas en este planeta.

Por la profesionalización de la cooperación!


Salud!


lunes, 22 de diciembre de 2008

La complejidad del mundo de la cooperación internacional al desarrollo


Qué difícil y cuán complicado es el actual sistema de la Cooperación al Desarrollo. El origen del sistema, así como la gran estructura creada alrededor de él, podría poner en cuestionamiento el objetivo y la “buena intención” del mismo.

El reto es llegar más allá, conseguir que este inmenso mundo creado alrededor funcione y el objetivo final sea el desarrollo real de las personas, sin importar en qué punto del planeta se encuentren.

La Organización de Naciones Unidas, las Agencias Estatales, los gobiernos regionales y municipales, las organizaciones no gubernamentales, asociaciones y fundaciones de todo tipo, órdenes religiosas, personas jurídicas y físicas, tú, yo. Existe tal multiplicidad de actores, de orígenes, de filosofías, de ideales, de fines, de formas de creer y trabajar por el desarrollo, que armonizarlo o intentar aunar todos estos esfuerzos para lograr una mejora de la vida de las personas es muy difícil, no podemos negarlo.

Las teorías del desarrollo y el intento por implementar un adecuado sistema de cooperación han evolucionado considerablemente. Todavía queda mucho por hacer. Todavía queda mucho por investigar, por multiplicar, por comprender, por avanzar.

¿Formamos parte del sistema e intentamos mejorarlo o nos salimos de él?

domingo, 7 de diciembre de 2008

En la frontera

Estoy en el aeropuerto de Melilla esperando para tomar el avión de rumbo a la cotidianidad.

Y no dejan de venirme a la cabeza, imágenes de la frontera, antiguas y recién vividas.

Una infraestructura destartalada, vieja, sucia. Calles sin asfaltar, con charcos, sin zonas habilitadas al paso, basura. Rejas inútiles, que no impiden el paso, barrotes oxidados que inspiran compasión. Líneas sin protección, libres. Una caseta. Un señor con acento fronterizo. Papeles y cuño. Vigilantes de paso.

Vehículos. Decenas y decenas de vehículos repletos de grandes bultos y de personas. ¿De dónde vendrán? ¿A dónde irán? ¿Regresan o van? Pero lo que más me inquieta es todo lo que llevan en esas grandes bolsas, a cuadritos de colores y del “todo a 100”. Traen parte de lo que viven en otras zonas del globo. Se llevan un pedazo de su cultura y de su vida. Intercambio. Interculturalidad. ¿Es esto?

Personas. Miles de personas que cruzan diariamente la frontera. Un pequeño porcentaje lo hará porque tiene que desplazarse de un lugar a otro. El resto, para sobrevivir. Es su forma de ganarse la vida. Trasladar víveres de un lado a otro de la frontera. Contrabando es una palabra muy fea. Llevan varias bolsas, de color negro y de plástico fino, bultos sobre la cabeza y a la espalda. Pero no demasiados. Lo suficiente para que los señores de la frontera hagan la vista gorda y los dejen pasar. Si te fijas, dentro de las bolsas puedes ver de todo: galletas de chocolate “Príncipe”, rollos de papel higiénico, leche en polvo para bebés, yogures caducados… sobretodo alimentos caducados (se corre el rumor de que todo lo que sale de Melilla lleva dos meses caducado). Y cruzan.

Puedes cruzar la frontera en coche o a pie. Yo siempre la paso a pie. Con mochila a la espalda, ordenador, bolso… Debe ser como un kilómetro aproximadamente desde un extremo a otro. Coches y personas van por el mismo camino (no se le puede llamar carretera). Pasas por donde se te ocurra. Verjas abiertas. Vigilantes. Caseta con papel y acento fronterizo de nuevo.

Ups. Observas. No todo el mundo pasa por el mismo lugar. Exacto, los marroquíes tienen otro acceso. Un pasaje bien delimitado entre grandes barrotes oxidados, de nuevo, pero sin escapatoria. La gente se acumula, se amontona, se empuja, se toca. Parecen corderos que quieren dirigir al matadero. Hoy he decidido pasar por ahí. Tengo que admitir que lo he hecho porque hoy no había prácticamente nadie, será porque es fin de semana. Quería saber qué se sentía. Otra vez mi mochila y yo.

El callejón no debe tener ni un metro de ancho y te fuerzan a franquear barras giratorias. Durante una milésima de segundo he pensado que me quedaba encajada allí por culpa del equipaje. El trayecto a penas ha durado unos minutos, pero un día cualquiera lo habitual es tardar entre dos y tres horas. Al final, dos salidas: una para hombres, otra para mujeres. Desembocan en un mercado junto a la frontera, desviados de la puerta principal. Los policías, ya españoles, al otro lado, sonreían. ¿Por qué has pasado por aquí? ¿La primera vez? Sonrío, sí. Pienso, qué discriminación. Abren una verja para que pueda salir a la puerta principal. Sin comentarios.

También miro hacia los lados. Cuántas personas han intentado cruzar esa frontera para no volver...

Y es en este punto, la frontera, física y psíquica, entre dos mundos, donde comienza la cooperación internacional al desarrollo.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Las otras teorías del desarrollo

Existe la Teoría del Postdesarrollo. Ésta rechaza el concepto de "desarrollo" tal cual se ha defendido hasta el momento. Plantean críticas bastante acertadas en contra del desarrollo. Para mí, muchos de los llamados desarrollistas está haciendo frente a estas críticas.

Crítica que comparto: el inmenso aparato logísitco-burocrático etnocentrista que se ha montado alrededor del desarrollo.

De hecho, teorías como la de las capacidades de Sen, van más allá, reorientando el concepto del desarrollo y reenfocándolo hacia el ser humano, paliando muchas de las críticas planteadas por los analistas postestructuralistas.

Entonces, qué se está defendiendo? Se debería seguir creando otro tipo de enfoques sobre como eliminar los problemas del mundo o mejorar las ya existentes? Existirá en el medio plazo una teoría del post-postdesarrollo?

¿Mujeres o Género?

Qué es género? Me preguntas mientras clavas tu pupila en mi pupila azul...
Una respuesta muy interesante: La construcción social del sexo. Alguien dixit. Exacto, cómo se establecen las relaciones entre hombres y mujeres según la cultura o lugar donde hayas nacido. Establecimiento de relaciones de poder.
En los días que corren y todavía queda mucho camino que recorrer para lograr una igualdad real entre ambos sexos. La percepción y valorización de la mujer y del trabajo que realiza todavía está por reinvertarse.
En nuestra sociedad, donde se han conseguido muchos avances, nos encontramos con casos de violencia doméstica todos los días que desbordan las páginas de los periódicos, los altos puestos directivos siguen ocupados en su mayoría por hombres, existe un machismo asumido tanto por hombres como por mujeres, el trabajo doméstico sigue a cargo del sexo femenino y un largo etcétera.
Pero lo que realmente me ha llamado la atención es la cuestión del sexo. Han sido comentarios de algunas compañeras: "Yo no confiaría en que mi pareja tomara la píldora, seguro que se le olvidaría...", "Nosotras tenemos que estar pendiente de usar el preservativo", "Todavía existen prejuicios a la hora de practicar sexo. Una chica se pensará dos veces qué prácticas sexuales hará la primera vez que esté con un chico, por lo que pueda pensar...". ¿Qué está pasando? Creo que hasta ahora no me lo había planteado. Tener que pensar en lo que voy o no voy a hacer en la cama sólo por lo que pueda pensar mi pareja de mi? No aceptamos el sexo como algo natural? No podemos sentir libremente y obrar en consecuencia? Tenemos que jugar ciertos roles por ser mujer? Disculpen, pero yo no. Y quién piense de otra manera, se lo pierde...
Hay muchos campos en los que está presente las diferencias de género, incluso en aquéllos tan íntimos y personales como el sexo nos han calado profundamente, tanto en hombres como en mujeres.

Sigamos luchando por la igualdad, en todos los espacios, públicos y privados, por un mundo u otros mundos mejores.